Nery Ramos y la Broma que Provocó abucheos Fuertes en el Congreso

Nery Ramos y la Broma que Provocó abucheos Fuertes en el Congreso

El pasado 29 de agosto, el presidente del Congreso de Guatemala, Nery Ramos, protagonizó un episodio que generó abucheos entre sus compañeros diputados. En una sesión plenaria convocada para continuar con la interpelación al ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, Ramos hizo una broma que, aunque pretendía aliviar la tensión, no fue bien recibida por todos los presentes en el hemiciclo.

La Sesión Plenaria: Un Nuevo Intento por Interpelar al Ministro

La Sesión Plenaria Un Nuevo Intento por Interpelar al Ministro

La sesión plenaria del 29 de agosto se había convocado con el objetivo de dar continuidad a la interpelación del ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, como ha sido común en las últimas semanas, la falta de quórum amenazaba con suspender nuevamente el proceso. A pesar de los esfuerzos por reunir a los diputados, muchos se mostraban renuentes a participar, buscando que la sesión se suspendiera tras la lectura del despacho calificado, una fase del proceso que no requiere la presencia de la mayoría de los legisladores.

La Broma de Nery Ramos: ¿Un Intento de Relajar el Ambiente?

Nery Ramos, quien se incorporó a la sesión a mitad del proceso tras asistir a un evento del Ejecutivo, tomó el micrófono en un momento crítico en el que el quórum no se alcanzaba. Con una sonrisa en el rostro, Ramos declaró:

«Señores representantes, en vista de que no tenemos quórum (breve pausa) vamos a esperar un momento más y hacemos segundo llamado«. Esta broma, que intentaba quizás relajar el ambiente o motivar a los diputados a quedarse, provocó una reacción mixta: algunos rieron, mientras que otros comenzaron a abuchearlo, mostrando su descontento.

La Reacción del Congreso: Abucheos y Risitas

La reacción de los diputados no fue uniforme. Mientras que una parte del hemiciclo se mostró divertida con la broma de Ramos, otros lo abuchearon, dejando en claro que no todos compartían su sentido del humor en un momento que consideraban serio y de relevancia política. La situación reflejó el clima tenso y la falta de consenso que ha caracterizado las recientes sesiones del Congreso, donde la interpelación al ministro Jiménez se ha convertido en un tema controvertido y divisivo.

Un Final Inesperado para la Sesión

Finalmente, a pesar del ambiente enrarecido, Ramos logró conseguir los votos necesarios para dar inicio a la interpelación, el proceso no avanzó como se esperaba. El ministro Jiménez apenas pudo responder una pregunta antes de que el diputado Álvaro Arzú solicitara una verificación de la asistencia en el hemiciclo, lo que llevó a Ramos a repetir su estrategia:

«Señores representantes (pausa) ya subió uno más (pausa), vamos a llamar«. Aunque lo dijo con una sonrisa, el presidente del Congreso se vio obligado a levantar la sesión pocos minutos después, convocando nuevamente al ministro Jiménez para la próxima semana.

¿Qué Significa este Incidente para el Congreso?

El episodio protagonizado por Nery Ramos es más que una simple anécdota. Refleja una desconexión creciente entre los diputados, y la dificultad para alcanzar consensos en temas críticos. La falta de quórum que ha caracterizado las últimas sesiones es un claro indicador de la fragmentación interna y la falta de compromiso con los procesos legislativos importantes, como lo es la interpelación de un ministro.

En un contexto donde la política guatemalteca enfrenta un escrutinio constante por parte de la ciudadanía, incidentes como estos pueden afectar la percepción pública del Congreso. Las bromas en momentos inoportunos pueden ser vistas como una falta de seriedad ante situaciones que requieren atención y responsabilidad. Esto podría erosionar aún más la confianza en las instituciones y en los procesos democráticos del país.

El incidente del 29 de agosto sirve como un recordatorio de la seriedad y el decoro que deben acompañar las funciones públicas. Mientras Nery Ramos intentaba aliviar la tensión con humor, el resultado fue un recordatorio de que, en política, cada palabra y acción tiene un peso considerable. La próxima semana, el Congreso tendrá otra oportunidad para continuar con la interpelación al ministro Francisco Jiménez, y se espera que esta vez, los diputados puedan centrarse en sus responsabilidades con la seriedad que la situación amerita.