Los inicios de Ricardo Arjona en Estados Unidos: cuando cantaba entre marimbas y nadie lo escuchaba

Los humildes comienzos de Ricardo Arjona en EE.UU.
Antes de convertirse en uno de los artistas latinos más exitosos del mundo, Ricardo Arjona vivió momentos que pocos conocen. Su primera gira en Estados Unidos estuvo muy lejos de los escenarios llenos y las luces que hoy lo acompañan. Armado únicamente con su guitarra y su inolvidable tema “Verbo no sustantivo”, Arjona recorría bailes donde la verdadera atracción no eran sus baladas, sino las orquestas de marimbas que animaban la fiesta.
El propio cantautor recuerda con humor aquellos días: “Yo interrumpía lo mejor del baile… era un desastre”. La mayoría de los asistentes no iba a escucharlo, sino a bailar. Sin embargo, esos tropiezos se convirtieron en las bases de la disciplina y la perseverancia que más tarde lo llevarían a conquistar escenarios icónicos como el Madison Square Garden.
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Una travesía llena de obstáculos y anécdotas
La historia de Ricardo Arjona durante esta gira refleja la vida de un artista que no tuvo un camino fácil. Todo comenzó cuando su dinero se terminó en México. Para evitar gastar de más, había dejado sus ahorros en manos de un amigo con instrucciones claras: no entregarle nada a menos que fuera indispensable. Y así fue. Cuando los fondos se agotaron, no hubo más remedio que aceptar la ayuda de un empresario hondureño que le ofreció tocar en Estados Unidos, aunque las condiciones no fueran las mejores.
El primer baile en el que se presentó resultó ser un fracaso. Sin embargo, la suerte comenzó a cambiar en Nueva York, donde por fin alguien prestó atención a su música. Poco después, un empresario guatemalteco lo acogió en su casa, donde Arjona durmió en literas compartidas con los hijos del anfitrión. Estos gestos de apoyo marcaron profundamente al artista, quien siempre ha manifestado su gratitud hacia los compatriotas que lo ayudaron en los momentos más difíciles.
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Del anonimato a llenar estadios
Hoy, Ricardo Arjona es un ícono de la música latinoamericana. Sus giras movilizan a decenas de miles de personas y su producción actual cuenta con más de 60 personas detrás del escenario, además de toneladas de equipos e iluminación. Sin embargo, el propio Arjona asegura que, en esencia, sigue siendo “el mismo chapín, arisco a los protocolos y amigo de los de a pie”.
El contraste entre aquellos días tocando en fiestas con marimbas y su presente en escenarios internacionales demuestra que la constancia y la pasión siempre dan frutos. Arjona afirma que nada de lo que ha logrado habría sido posible sin esos años de aprendizaje, en los que los tropiezos enseñaron más que los aplausos.
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Una lección de perseverancia para los soñadores
La historia de Ricardo Arjona nos recuerda que todos los grandes éxitos comienzan con sacrificios y momentos difíciles. Su paso por escenarios donde casi nadie lo escuchaba fue el cimiento de la carrera que hoy inspira a millones. Para quienes sueñan con triunfar, su experiencia es un ejemplo claro: no importa cuán complicados sean los inicios, la pasión y la persistencia pueden llevar a cualquier meta.