Abuelo fue a renovar su green card, pero no volvió, lo encontraron semanas despues...

Lo que comenzó como un simple trámite migratorio terminó convirtiéndose en una angustiante historia familiar con final incierto. Un Abuelo, Luis León, un ciudadano chileno de 82 años, desapareció tras acudir a renovar su green card en Filadelfia. Semanas después, su familia lo encontró en un hospital de Guatemala, debilitado y confundido.
Una detención inexplicable
El 20 de junio, Luis León se presentó junto a su esposa en la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) con la intención de reponer su tarjeta de residencia permanente. Sin embargo, lo que parecía un proceso rutinario dio un giro inesperado cuando dos agentes lo esposaron sin dar explicaciones y lo retiraron del lugar. Su esposa fue retenida durante diez horas, sin recibir información clara, hasta que fue liberada bajo la custodia de su nieta.
Días después, la familia recibió una llamada desconcertante de una supuesta abogada de inmigración, quien afirmó que León había fallecido. Sin pruebas, ni información oficial, la familia quedó sumida en la incertidumbre.
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Una búsqueda internacional y una verdad a medias

Durante más de tres semanas, la familia León realizó gestiones incesantes para dar con el paradero del abuelo. Consultaron con ICE, hospitales, cárceles e incluso oficinas forenses. Nadie tenía registro de él.
Finalmente, un familiar en Chile logró confirmar que el Abuelo León había sido llevado a un centro de detención en Minnesota y, posteriormente, trasladado a un hospital en Guatemala. Sin embargo, el Instituto Guatemalteco de Migración declaró no tener constancia oficial de una deportación que coincidiera con sus datos. Chile, además, no forma parte de los países centroamericanos con los que EEUU tiene acuerdos vigentes de expulsión.
Una vida de trabajo, exilio y dignidad
Luis León llegó a Estados Unidos en 1987, huyendo de la dictadura de Pinochet. En Allentown, Pensilvania, construyó una nueva vida junto a su esposa y sus hijos. Durante años trabajó en una fábrica de cuero, y en su jubilación se dedicó a la jardinería, la pesca y a ayudar a sus vecinos con reparaciones menores. Su historial es intachable: nunca tuvo conflictos legales, ni siquiera una multa de tránsito.
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Sufre de diabetes, hipertensión y afecciones cardíacas, lo que convierte en aún más alarmante su desaparición y traslado forzado a un país en el que no reside ni tiene vínculos directos.
Recuperación en marcha y esperanza de reunión
Nataly, su nieta, viajó el pasado sábado a Guatemala para reencontrarse con él. Declaró que su abuelo se recupera de una neumonía y que, aunque está física y emocionalmente afectado, se mantiene estable. “Está muy delgado y traumado, pero lo importante ahora es su recuperación”, expresó.
Luis no planea regresar a Estados Unidos por ahora. Solo desea reencontrarse pronto con su esposa y recobrar algo de paz después de semanas de confusión e incertidumbre.
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